Les Mistons (se tradujo al "español" como Los Mocosos) fue el segundo corto de Fr. Truffaut y marca su ruptura con el cine francés contemporáneo... ruptura que ya se anunciaba en los Cahiers du Cinema. Emblemática es, al respecto, l escena en la cual los "pibes" del título desgarran el afiche de una peli de Delanoy (como escribo de memoria no me acuerdo si era "Chiens perdus sans collier" o "Le Garçon sauvage" o alguna otra) toda una declaración de principios contra un director en el que veían como en cifra la encarnación de la frialdad clasisista y, sobre todo, el servilismo hacia la literatura. Delanoy era, en consecuencia, un arquetipo del cine que Truffaut y su generación no querían hacer. Había que recomenzar, por eso el homenaje/ parodia de ese otro corto seminal:L'arroseur Arrose.
Les mistons marca, entonces, un nuevo rumbo en el cine francés, dirección que compartirían Claude Chabrol y toda la Nouvelle Vague. Las escenas son de un naturalismo sin estridencias, exquisitamente protegido del exceso literario y los personajes resultan vivos, cercanos y veraces en sus arquetípicas situaciones. La fotografía, bueno la copia no era de lo mejor, tampoco, es quizás lo más endeble técnicamente hablando de este corto.
Si has visto Amelie de Jean-Pierre Jeunet habrás podido detectar sutiles, o no tanto, influencias de este filme una de cuyas imágenes, estimada Urphantasie, elegiste para ilustrar tu entrada.
Cuando desciendo a las grutas más bajas, laberinto conectado por inopinados cenotes cribados en la vasta caliza de lo cotidiano, no puedo sino hallar restos de aquella ubicua presencia de Eros que era, antaño, la única realidad sobre la Tierra. Entono, entonces, una loa al pequeño hijo alado de Afrodita... Un momento; ¿hijo, dije?, me equivoqué. Si no hubiese existido Eros desde siempre no habría dioses a los cuales adorar, ni Humanidad a quien culpar por esos dioses...
Eros de la iniciación y la renovada desfloración... Te canto el Peán. Eres el Victorioso, el Siempre Presente, el Que Nunca Duerme y el que preside, sin solemnidades, la Fiesta de la Vitalidad
4 comentarios:
Exégése dans gloses. Fait a le sens. Pour médisance. Rien qui l´oublie n´est s´arrange (A. Talvaz). Gabe.
sublime devocion temprana en verano de la infancia ,iniciacion sin vueltas ,camino sin fin...
vino de fin de mes!
Un comentario cinéfilo
Les Mistons (se tradujo al "español" como Los Mocosos) fue el segundo corto de Fr. Truffaut y marca su ruptura con el cine francés contemporáneo... ruptura que ya se anunciaba en los Cahiers du Cinema.
Emblemática es, al respecto, l escena en la cual los "pibes" del título desgarran el afiche de una peli de Delanoy (como escribo de memoria no me acuerdo si era "Chiens perdus sans collier" o "Le Garçon sauvage" o alguna otra) toda una declaración de principios contra un director en el que veían como en cifra la encarnación de la frialdad clasisista y, sobre todo, el servilismo hacia la literatura. Delanoy era, en consecuencia, un arquetipo del cine que Truffaut y su generación no querían hacer.
Había que recomenzar, por eso el homenaje/ parodia de ese otro corto seminal:L'arroseur Arrose.
Les mistons marca, entonces, un nuevo rumbo en el cine francés, dirección que compartirían Claude Chabrol y toda la Nouvelle Vague.
Las escenas son de un naturalismo sin estridencias, exquisitamente protegido del exceso literario y los personajes resultan vivos, cercanos y veraces en sus arquetípicas situaciones. La fotografía, bueno la copia no era de lo mejor, tampoco, es quizás lo más endeble técnicamente hablando de este corto.
Si has visto Amelie de Jean-Pierre Jeunet habrás podido detectar sutiles, o no tanto, influencias de este filme una de cuyas imágenes, estimada Urphantasie, elegiste para ilustrar tu entrada.
Un comentario visceral
Cuando desciendo a las grutas más bajas, laberinto conectado por inopinados cenotes cribados en la vasta caliza de lo cotidiano, no puedo sino hallar restos de aquella ubicua presencia de Eros que era, antaño, la única realidad sobre la Tierra.
Entono, entonces, una loa al pequeño hijo alado de Afrodita... Un momento; ¿hijo, dije?, me equivoqué.
Si no hubiese existido Eros desde siempre no habría dioses a los cuales adorar, ni Humanidad a quien culpar por esos dioses...
Eros de la iniciación y la renovada desfloración...
Te canto el Peán.
Eres el Victorioso, el Siempre Presente, el Que Nunca Duerme y el que preside, sin solemnidades, la Fiesta de la Vitalidad
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